Ayer a las 19:00 empezó la fiesta en el salón de usos múltiples de Weitenung (un pueblo de 2.500 habitantes en el suroeste de Alemania). Alrededor de 500 personas disfrazadas tomaron asiento en mesas alargadas y dirigidas al escenario. Algunos empezaban a comer, otros sólo a beber.
Una veintena de señores vestidos con chaquetas rojas (al estilo bar de la tercera edad), gorros de tamaño XXL con forma de luna (el escudo del pueblo tiene una luna supongo que será por eso) e insignias de Coca-Cola en la solapa, se paseaban como si estuvieran verificando que todo funcionaba bien.
A las 19:33, tal y como ha sido en los últimos 14 años, uno de los señores con gorro entró desde el final de la sala portando un bastón de mando con luces. Le siguieron el resto de hombre con gorro, deberían ser 11 pero en Weitenung no siguen la regla y son más de 20. Subieron al escenario y se colocarón como los altos mandos del ejercito ruso en un desfile.
Estos señores con gorro se dedicaron a presentar y agradecer cada una de las representaciones que se llevaron a cabo durante toda la noche. Durante más de 7 horas gente del pueblo se dedicó a amenizar la noche.
Una pareja de 70 años representaron una pareja del pueblo de 70 años leyendo el periódico por la mañana. No entendí nada, por supuesto, pero no fui el único, sólo se rieron los del pueblo (la mayoría). Parece que se rieron hasta de las farolas del pueblo, desde su alcalde hasta los vecinos del pueblo de al lado, pasando por el carril bici que pasa por allí.
15 niñas del pueblo bailaron vestidas de cabareteras, 2 parejas tocaron el plectro con una canción sobre las cigüeñas que pasan por allí, 2 abuelos contaron chistes disfrazados de bomberos-payasos, un grupo de jóvenes se atrevieron con la canción "One night in Bangkok", 10 hombres del pueblo se disfrazaron de basureros de Nueva York y cantaron, saltaron, golpearon sus escobas y cubos a ritmo de la música y así uno de tras de otro.
La orquesta del pueblo, en la que había desde jóvenes hasta abuelos, se ocupó de la música. Todos los pueblos que se merezcan llamar pueblos tienen su orquesta, en la que se toca música instrumental y folk.
A las 2:00 h terminó el espectáculo y se abrió un bar en uno de los laterales de la sala. En la que se escuchaba música discotequera y los jóvenes bebían leche con Licor 43.
Quién me lo iba a decir cuando salí de casa vestido de monje franciscano..
¿Sabéis si las chirigotas e Cádiz son así o esto sólo pasa a este lado del Rin?